
POR LAUREANO DAVID ACOSTA ROMERO
Fue una tarde del 7 de enero de este año en curso, siendo las 4:00, con el corazón ungido de dolor y mi alma lacerada, entrando a mi pueblo natal MonguÍ, estaba el cielo gris, las ramas de los arboles y sus hojas movidas lentamente también susurraban en silencio su dolor porque en el ambiente percibían que un hijo de su tierra y fiel devoto de Santa Rita de Casia, pasaría pronto a su lado, con el jubilo musical que ayer disfrutaba en su procesión patronal, lo que se percibía parecía un capitulo de la historia de Macondo; la gente aglomerada en las terrazas de sus viviendas y mas afuera con sus pañuelos blancos, mientras otros soltaban globos al aire que subieron a los cielos para decirle a Dios “Abre tu puerta Señor que viene un alma noble a tu morada”, otras mujeres piadosas oraban y lloraban en sus casas, saludando cortésmente con sus manos levantadas, no decían palabra alguna, en sus ojos y sus rostros leíamos el dolor mas frio al sentir que por la pandemia nos temíamos unos a otros, hubo hombres que ante la impotencia, no pudieron contener el ahogo de sus sentimientos y recurrieron a abrazar un árbol, el dolor rondaba la aldea, hasta el punto que un par de ancianas, familias del difunto y atadas por los hechos, no cesaban de llorar detrás de las rejas que las protegía y separaba de la calle en su interior, su escena no fue diferente a un prisionero de guerra, consolándose entre si porque se iba su sobrino grande y familiar excepcional: EDAGAR MARTIN ACOSTA ROMERO, que creció corriendo en las calles y veredas de su pueblo, donde se metió en el corazón de propios y extraños, compartiendo con todos el esplendor de su alegría y espontaneidad.

El tiempo de su vida le quedo corto y no alcanzamos a disfrutar su prestancia de gente humilde, fue el soñador de cosas grandes que muchas logro y supo compartir, siempre se sintió alagado como el mejor anfitrión de cuantos disfrutamos su grandeza por servir, no conjugo el egoísmo, los resentimientos y odios, fue tanta su nobleza que nada fue de el, ni su propia razón cuando la tenia, porque la cedía a cambio de no ofender.

De su partido Conservador fue un gran soldado como herencia del Tío Evaristo, siempre le moleste jocosamente que conservatizó a Santa Rita la de Pule, por preferir vestirla siempre de azul, tantas cosas, anécdotas y recuerdos dejas. El devastador virus, nos toco raíces en la familia, 18 días antes nos arrebato a nuestro querido ANDRES VICENTE, que creció en vida como un pastor de su rebaño, entrelazado con la gente y siempre en fiestas decembrinas en el parque compartía la cena del pueblo. A sus hijos y Familia nos reconforta su legado, de esposo, padre y amigo ejemplar, solidario y humilde como todos lo recordamos siempre con el pasaporte de su nobleza.
Querido hermano Edgar Martin, han transcurrido nueve días de tu deceso y ahora, te despedimos como el hombre sano, desprendido, generoso, siempre con tus sueños grandes que también te llevas… Fuiste un luchador en vida que en la ultima perdiste esa batalla y como en el fragor de la misma te fuiste como el Titanic con las luces encendidas.


Ahora… Vuelen alto hermanos queridos…