
POR LUIS EDUARDO ACOSTA MEDINA
“Yo siempre ruego a nuestra patrona que es la gran Virgen de Los Remedios, que cuide siempre toda su zona y que la maldad no llegue a sus predios”
Justo iniciar nuestra columna con la trascripción de un aparte de “Riohacha” una canción de la autoría de Lenin Bueno Suarez que con su Acordeón y su Voz incluyo Ismael Rudas en el LP “El viejo baúl” en 1971, ineludible recordar en esta fecha la canción del mismo nombre registrada por su autor Armando Zabaleta que los Hermanos Zuleta dieron a conocer en 1979 en el LP “Dinastía y folclor”.}

Evidentemente, al doblar el cuello al Almanaque Pintoresco de Bristol, nos podemos enterar que es el de hoy, día de la “PURIFICACION DE NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA”, santa patrona que llego al corazón de los Riohacheros para quedarse, por eso es la pechichona de la ciudad, a la cual quienes tienen confianza con ella llaman familiarmente “La vieja Mello”.
Es el de hoy, un día grande para los nacidos en la capital peninsular, y lo debería ser para los Boyacos de Santa Rosa de Viterbo, para los Riohacheros lo es, porque desde su arribo a la ciudad en el Siglo XV por un afortunado error, ha sido la sombra tutelar que ha amparo este suelo entre otros de los ataques de los piratas durante la colonia, también del mar embravecido que durante la noche tempestuosa el 14 de mayo de 1663, se trago la “Calle de los plateros”, y también como salvadora durante las pandemias inmisericordes.
Para los Boyacos, debería ser este un día de celebración entusiasta porque bajo la sombra de la duda y gracias a una parranda en Riohacha, con finos licores y y música de viento y de Acordeón, con motivos de la fiesta del 2 de febrero de 1904, fue posible el fraude que permitió elegir como presidente de La Republica a uno de sus hijos epónimos, el explorador, comerciate y militar Rafael Reyes Prieto, constituyéndose aquella tramoya en botón de muestra para significar que el tema de las componendas en el día de “La Mello”, es mas viejo que las pantaletas de repollo.
Igual, no es la primera vez que la virgen acompaña a los Riohacheros en la crucial travesía de una pandemia, ya había sucedido en 1919 y 1920, cuando hizo presencia en esta región, otra pandemia mas brutal que la actual, la de “La Gripe Española” que afecto no solo a la ciudad, sino que casi acaba con los pobladores del sector rural, a lo cual se refirió en la canción “La Gripe” Francisco El Hombre, la pandemia aquella vez, vino, cargo con los que pudo, a otros los dejo embromados, y así como apareció, desapareció contaba mi abuelo.
Cuanto extraño a mi padre en esta fecha de guardar, cuanto santificaba esta fiesta, era su día escogido para estrenar el vestido entero del “Almacén Valher” y su riguroso corbatín, era para el un acontecimiento trascendental; igual, vienen a mi mente las premonitorias palabras de mi vieja mientras salíamos de la Catedral después de haber escuchado la bellísima Eucaristía en honor a la Santa Patrona, el dos de febrero de 1996, cuando me dijo “Quizás cuando podre volver a esta misa y a verle la cara a la Virgen de los Remedios!”, evidentemente, fue la última vez que la vio, porque después enfermó y poco tiempo después Dios la llamo a su presencia, un cuatro de febrero, cerro sus ojitos para siempre, ahora pienso que así lo presentía.
No hay duda, “La Candelaria” ha sido particularmente generosa con su pueblo, y este le ha correspondido, ni la inversión de valores, ni los especuladores de la historia, ni la indiferencia de las nuevas generaciones ha podido quitarle cima y altura a su dia de fiesta y de fantasía, sus milagros son rememorados, su merecida advocación cada dia es ratificada por la fe de su incondicional feligresía, centenares de sus históricos acompañantes y celosos depositarios han ido partiendo cada uno a su manera a su encuentro con el altísimo, pero gracias a su ejemplo, a la tradición Mariana de sus devotos y a la Academia de Historia se mantiene incólume la tradición, y no pierden importancia ni su gran Milagro, ni su Novena, tampoco su Dia ni su Octava.
Recordamos por este motivo a nuestros familiares y amigos que lucharon infructuosamente contra el virus criminal que aflige a la humanidad, aquellos que con gozo atendieron el llamado final, que duermen con la esperanza de la resurrección y fueron de la mano de la virgen a disfrutar la verdadera vida, aquellos seres humanos amados por su familia que hoy lloran por su ausencia, que con las manos vacías vinieron y con sus manos vacías se fueron, esta vez, no escucharan entre el olor de a pueblo, a comidas de agrarios paladares y licores la música de contagiosa alegría de las bandas de la ciudad, porque se están deleitando con el toque de los querubines y el olor de la guayaba, la nostalgia y de las flores del aroma eterno, porque el pasado ya es intrascendente e insignificante, mientras quienes aquí nos quedamos en esta ocasión nos embriagamos y enjugamos las lagrimas con los recuerdos!!.