
POR: RAFAEL HUMBERTO FRÍAS
Como los espejos no mienten ni las cifras tampoco. Esa es la razón por la cual el municipio de San Juan del Cesar, ubicado entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía del Perijá, pasa de alerta naranja a alerta roja por la fuerte ola de contagio del tercer pico del covid-19 en los meses de marzo y abril de 2021. De los 49.584 habitantes y los 13.800 migrantes venezolanos que conviven en este territorio, han resultado 1.712 casos positivos por esta pandemia destructora y letal y 67 fallecieron. El municipio siempre ha sido considerado de alto riesgo por la alta tasa de contagio y letalidad. Recientemente, el propio Gobernador del Departamento declaró la alerta roja en todo el territorio peninsular al comprobar el alto índice de ocupación de camas en hospitalización, cuidados intermedios y cuidados intensivos, ante una visita inesperada al municipio. A corte del 4 de abril de 2021, la ocupación UCI en el municipio de San Juan del Cesar es del 96%, según circular interna 007 de 2021, expedida por la Secretaría de Salud Municipal. Lo cual demuestra que no hay camas para tanta gente en estado crítico. El crecimiento sostenible de contagio en el municipio pasó del 31% en el mes de marzo a 70% en el mes de abril. Lo que demuestra que el municipio se encuentra en alerta roja. Igualmente, la tasa de incidencia es de 3,5% y la tasa de mortalidad de 1,38%, ubicándose como el séptimo municipio en letalidad del departamento de La Guajira, en el análisis del día a día. En cuanto a la cobertura de vacunación San Juan presenta una cobertura del 58%, el total de vacunas aplicadas es de 2.330. Las cifras actuales demuestran que en el municipio se viene presentando un repunte en el índice de contagio en lo referente a la nueva cepa variante del covid-19, la cual es mas infectante y contagiosa debido a la mutación del virus. El análisis de la situación epidemiológica de la tercera ola que se viene expandiendo a nivel departamental, encuentran en San Juan una situación que nos pone a pensar. Ya que, la curva no sería tan alta, si la ESE Hospital San Rafael de segundo nivel, no tuviera esa cobertura departamental en la demanda de bienes y servicios. Puesto que presenta los picos más altos en épocas de festividades, puentes, festivos, celebraciones, ágapes y convites, propios de la idiosincrasia nuestra y de los vecinos, aumentando el contagio y la ocupación de camas. En esta situación una persona contagiada podría contagiar hasta nueve personas. Este escenario pone en riesgo inminente la vida de los sanjuaneros. Observándose un índice de morbilidad cerca de la media nacional, en 125;4%, mientras que el país está en 126,4%. Así mismo, la letalidad nacional está en el 3%, mientras que en San Juan esta en el 4%, siendo la positividad del 20,5%, según la secretaria de salud municipal. Las cifras anteriores demandan el endurecimiento obligado de las medidas por parte de la entidad territorial, en cabeza del alcalde y su equipo de gobierno. Tal y como lo solicitó el viceministro de Salud en su reciente reunión con los alcaldes de la guajira, pidiendo mano dura, cuando anunciaba que los ciudadanos vienen actuando con irresponsabilidad en cuanto al acatamiento de las medidas y los protocolos de bioseguridad, algunas entidades no vienen cumpliendo con los aforos y las autoridades han sido blandas o permisivas. Por eso, estos efectos de la pandemia vienen generando un desequilibrio entre la vida y la economía. Porque hay quienes defienden la reactivación económica, y otros, el confinamiento obligado por 14 días, para evitar la ola de contagio posterior a la semana santa y sus fiestas. Esta situación en consecuencia, demanda del municipio de San Juan, aplicar las medidas con mano dura, poniéndole dientes a los actos administrativos para que dejen de ser letra muerta y se cumplan y sean acatados por la ciudadanía. Además, evitar las aglomeraciones en clínicas y hospitales y elaborar un plan de contingencia, para prevenir casos fortuitos y de fuerza mayor, preparándose para algo que tal vez nunca ocurra, pero que encuentre al gobierno local preparado para abordarlo, tales como, albergues para pacientes sin dolientes y cementerios para los fallecidos. Además, debe considerarse la ley seca sin expendio de licor y volver al cierre de algunos sectores, al día sin moto y sin carro y a extender el toque de queda.
