
POR MARTIN NICOLAS BARROS CHOLES
En buen momento para reactivar el campo y la economía, el cáñamo o cannabis no psicoactiva, es alternativa de aprovechamiento, en la crisis que nos azota, por causa de la pandemia covid-19, que tiene trastornada la salud humana, dejando millones de personas infectadas y muchas fallecidas; rodeado de restricciones y prevenciones, que nos mantienen, inactivos algunos e inquietos a otros, padeciendo necesidades, requiriendo conseguir el pan de cada día para resolver, situaciones domésticas, con facilidad y oportunidad, de servicios o “chamba” de trabajo.
Se necesita con urgencia frenar las devastaciones y deforestaciones del campo, utilizada para implementaciones del negocio maderas y extensiones ganaderas, dando ruedas sueltas, a motos cierras, en: bosques, selvas, colinas, sabanas, pantanos entre otros; sin consideración a efectos climáticos, de recalentamiento en alto grado. Estamos en alarma zanahoria, se requiere prever la conservación de bosques, para zarandear el impacto negativo, alusivo al calentamiento y secamiento de fuentes hídricas. Si no tratamos bien y cuidamos, con amor la naturaleza, en sistema ambiental, ecológico y biodiversidad, protegerse de contaminaciones: agua, aire, sol y tierra, bienes concedidos por Dios, para uso y utilidad de vida, pero si permiten, con omisión, complicidad, intereses e indiferencia; de gobernantes y autoridades competente, que las destruyan, coloca en peligro a la humanidad, floras y faunas. No está demás educarnos y concientizarnos, de efectos negativos y positivos, en el medio ambiente y de los estragos climáticos, causas de fenómenos sísmicos y responsabilidad, que a todos nos corresponden y debemos asumir, de manera generalizada y común.

El cáñamo es un producto vegetal, de origen chino, que ha existido desde mucho antes del nacimiento del cristianismo, de variedad cannábico, no psicótico. A partir de la ley 1787/2016, se aprobaron los cultivos y usos, medicinales de cannabis (marihuana) en modalidades psicoactiva y no psicótica. Requieren entre los requisitos para cultivarla, licencias que expiden Ministerios de Justicia, para pequeños y medianos cultivadores, Ministerio de Salud, la expide para los procesadores de medicamentos, con resinas y otras sustancias, extraídas del cannabis.
El cáñamo es la planta bendita, el acero y celulosa vegetal, que sirve para elaboración de centenares productos, de consumos cotidiano, en: alimentos, medicinal e industrial, cosméticos, textil, sustitución de madera, plásticos y demás producciones; para frenar y erradicar, la desforestación desmesurada. El cáñamo sustituye a la madera, en construcciones de viviendas, elementos del hogar, papelería y cartón. La referenciada planta vegetal, se cultiva durante un término de tres meses, tiene garantizada la comercialización del fruto o moña, semilla, pero únicamente está reglamentada para asunto medicinal. Pero resulta que al cáñamo, no se le pierde nada y genera mucha utilidad: tallos, hojas, raíces, semilla, flores y fruto del cultivo, que constituyen materia prima, para fusión de bebidas, frías y calientes, productos de panaderías, pastelerías, reposterías y otros alimentos, de manera artesanal e industrial. El cáñamo de cuyo tallo, se derivan muchos productos, que hoy en día, depende del petróleo, en distintas variedades industriales, en artículos y materiales, para los cuales, se necesitarían de muchas hectáreas cultivadas, que abastezcan las demandas de consumos, en: construcciones, vestidos, partes internas de vehículos, tuberías, maletines, bolsos, celulares, calzados. Tambien se industrializa, para productos cosméticos y aromas perfumadas.