Las charcas son cuerpos de agua naturales e intermitentes relacionados con el tiempo de lluvia. Una vez que entran en el periodo de transición por la época seca, pierden su extensión y representación hasta llegar al punto de desaparecer. Mientras sucede este proceso de evaporación -paulatinamente porque se da en la medida en que avanza el tiempo seco-, se convierten en el sostén de las poblaciones naturales y en la representación de la oferta hídrica para las diferentes especies que se encuentran en el entorno.
De ahí la importancia del proyecto de investigación Evaluación Ecológica, Relaciones Tróficas y Servicios Ecosistémicos de las Charcas Estacionales del departamento del Magdalena en Colombia, en el que participa la Universidad de La Guajira y que resulta crucial para estos tiempos, donde el recurso hídrico, dulceacuícola y continental, se ve afectado por factores diversos como la contaminación, el cambio climático y el mal uso y manejo del agua por parte del hombre.
La Universidad de La Guajira fortalece el desarrollo y ejecución de este estudio por medio del docente Julio César Acuña Vargas, biólogo, magíster en Ciencias Ambientales, perteneciente hace 12 años al programa de Biología de la Facultad de Ciencias Básicas y Aplicadas, líder del grupo de investigación Ecología, Biodiversidad en Ecosistemas Tropicales (EBET) de la institución y un investigador con trayectoria y reconocimiento en la Región Caribe de Colombia.
El aporte de la Alma Mater al proyecto, se relaciona específicamente al desarrollo del conocimiento sobre los mamíferos asociados a charcas estacionales en el departamento del Magdalena, además de contribuir a la captura de información acerca del uso y aprovechamiento del recurso fauna silvestre por parte de las comunidades localizadas en el área de estudio. Para el alcance de estos objetivos, participan las estudiantes del programa de Biología de la Universidad de La Guajira Ivanna Andrea Villarreal Cuesta y Laidis Tatiana Camargo Gonzáles, vinculadas como auxiliares de campo.
La Universidad del Magdalena direcciona la investigación en aspectos logísticos y de administración a través del grupo Biodiversidad y Ecología Aplicada, integrado por Pedro Jesús Eslava Eljaiek, quien funge como investigador principal del proyecto, además de otros académicos como Natalia Villamizar, César Tamariz Turizo, Juan Manuel Fuentes, Diana Tamariz Turizo, Daniel Serna Macías y Luis Alberto Rueda.
Según el profesor Julio César Acuña, en alianza con el grupo de investigación EBET se avanzará en el diagnóstico de las posibles relaciones que existen entre las variables ambientales de los cuerpos de agua y la abundancia de los grupos biológicos dominantes en las charcas estudiadas; así como la evaluación de algunos atributos de las redes tróficas de las comunidades biológicas que allí habitan.
Agregó que “también se analizará el ciclo reproductivo de las especies de peces preponderantes y su relación con la temporalidad de las charcas. A partir de esa interpretación se busca generar nuevo conocimiento y tener una mejor comprensión del funcionamiento de algunos aspectos ecológicos asociados al cambio climático y a este tipo de ecosistemas, para establecer posteriormente planes de manejo eficientes en los que se definan los principales aspectos funcionales que ofrece a la sociedad y a otros hábitats y lograr un uso sostenible del recurso”.
En el desarrollo de la indagación se contempla la ejecución de dos muestreos por charca seleccionada, para un total de 20 muestreos que permitan registrar dos ciclos anuales de acuerdo a la variabilidad climática. En esta etapa, a cada cuerpo de agua se le realizará una colecta de especímenes de fitoplancton, zooplancton, macroinvertebrados, peces, anfibios, reptiles y aves y se medirán variables fisicoquímicas como oxígeno disuelto, temperatura, pH, conductividad, dureza, alcalinidad y concentración de nutrientes.
Añade el investigador que el proyecto tiene una duración de 18 meses. En la actualidad se ejecuta la fase de campo relacionada con los muestreos de plancton, macroinvertebrados y peces y se han desarrollado visitas al área de estudio para reconocer estos escenarios y su comportamiento en el transcurrir del tiempo.
Asimismo, el investigador Acuña Vargas indicó que la importancia de la iniciativa radica “precisamente en las adaptaciones que presentan las diferentes formas de vida, porque permitirían aportar a la comprensión de procesos de distribución geográfica de algunas especies y el conocimiento de aspectos biogeográficos de la biota presente en el Caribe y a nivel de los trópicos, como respuesta a los momentos de cambio en el entorno, en el clima y en la oferta de los ecosistemas”.
Conviene anotar que las charcas estacionales, presentan una dinámica condicionada a los periodos climáticos, muy marcados principalmente en la Región Caribe colombiana. De la funcionalidad e importancia de estos cuerpos de agua como soportes de ecosistemas, es muy poco lo que se conoce, pero se presume que funcionan como refugios para las especies y su movilidad en los procesos transicionales de periodos lluviosos a secos.
“Las charcas se secan totalmente, en la mayoría de casos. ¿Qué sucede con especies como los peces y otras formas de vida que dependen de este recurso permanente para vivir?”, manifiesta el investigador que es una pregunta obligada, teniendo en cuenta que estos ecosistemas, en su mayoría, no se conectan con otras fuentes hídricas, pero una vez llegan las lluvias, es como si la vida resurgiera.
Advierte que la Región Caribe colombiana tiene algunos vacíos de información en cuanto a la composición de su biota, las especies que posee y cómo responden a la historia natural del entorno. “Este escaso conocimiento hace que se subestimen los recursos con los que contamos, por eso esta es una oportunidad para dar a conocer aspectos relacionados con la biodiversidad de la región y su funcionamiento. Las charcas temporales son ecosistemas simples entre comillas, pero tienen una complejidad en cuanto a sus relaciones ecológicas”, enfatizó.
Valora el científico que otro elemento puntual es la información biomédica ya que algunas de estas especies son refugios de organismos transmisores de enfermedades, las cuales afloran en las temporadas en que las especies están activas.
Sobre los beneficios de la investigación considera que uno de los aspectos más robustos es aportar directamente al conocimiento de la biodiversidad del Caribe colombiano y la modelación de las redes tróficas asociadas a un tipo de ecosistema del cual se tiene muy poca información. Además, el fortalecimiento de redes de investigación.
Afirma que para la Universidad de La Guajira participar en este tipo de iniciativas de investigación significa posicionamiento, visibilidad y reconocimiento de que se cuenta con un recurso humano que es referente a nivel de la Costa Caribe y nacional. “Sé están haciendo las cosas bien, un trabajo con esfuerzo, meritorio y reconocido por diferentes entes y actores de la nación. Estamos en la medida de lo posible sacando a la luz lo que se ha venido trabajando en La Guajira y evidenciando que tenemos las competencias para participar en diferentes escenarios y aportar al desarrollo y conocimiento del país”, sustentó el docente.
Es oportuno aclarar, que los humedales, charcas temporales o estacionales son cuerpos de agua dulce sobre suelos inorgánicos que incluyen depresiones inundadas, praderas y pantanos de ciperáceas. La fase de sequía que experimentan estos ecosistemas, son condiciones ambientales extremas para el establecimiento de la vía hecho que los convierte en ámbitos adecuados para el estudio de los organismos que allí habitan y para observar el fenómeno del cambio climático.
Muchas especies de estos ecosistemas descritas en Colombia poseen alta importancia económica por su uso en la acuicultura como fuente de alimento vivo o como interés ornamental, por lo que su identificación y la valoración de sus servicios ecosistémicos, es fundamental.
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